2 jul 2013

Los dos polos del alma china

Por Mario Rodríguez Cobos



India y China
El espíritu Chino, parece aplicarse desde un momento a la realidad objetiva y específicamente, a la consolidación de las formas políticas.
La India aparece atribulada por el problema de dependencia del hombre a lo cósmico, de lo cósmico al ser, y esto pretende ser resuelto en un fatalismo sin salida. El espíritu Chino salta todo problema de conocimiento para aplicarse a una antropología, y ubicado el hombre sobre su circunstancia trata de hacerlo accionar sobre ella.
La relación entre estos dos pueblos no puede ser desde la teoría de la acción, más dispar.
La India no crea políticos, la China crea sobre todo políticos y educadores. En toda su épica se refiere a la conducción del hombre en sociedad.
La India es primitivamente aislacionista y su posición actual parece ser una manifestación de esto mismo. La China es fundamentalmente comunitaria y su posición actual explica también su comportamiento primitivo.

Confucio y Lao-Tse
El primero (500 a.C.) hijo de una familia feudal entró joven al servicio del soberano de su país. Como Chino del Norte era formalista, sobrio y en una palabra jurídico. Un moralista práctico, no un reformador de ideas religiosas, que más bien acepta con actitud de reservado miramiento.
Lao-Tse (604 a.C.), hijo de un rústico, chino meridional, hombre de libros, incapaz de actuar públicamente. Huyendo a la soledad como bibliotecario de un templo escribe el Tao-teking. Tao significa sendero. Te es la virtud ordenadora, su doctrina es afín con el espíritu Indo. Con Lao-Tse el camino de la China estaba abierto para las doctrinas de Buda. Los dos polos del alma China recibieron su nombre conquistando influjo con los dos contemporáneos: Confucio y Lao-Tse. Fue difundiéndose desde las privilegiadas minorías a los sectores mayoristas.
El magma, las raíces de China son Taoísta y Budista. El Taoísmo comenzó y se expandió en el campo, al mismo tiempo que el Confucianismo fue adoptado por las ciudades. La doctrina oficial del Emperador fue el Confucianismo, mientras que el Taoísmo (la doctrina no-oficial, proveniente del campo) fue perseguido. Para evitar la persecución, el Taoísmo se sumergió y creció con la formación de grupos subterráneos.  Este fue el inicio de sociedades secretas que más tarde aparecieron en las ciudades, producto de las migraciones desde el campo. 
Tal vez, el Confucionismo rigiera la vida cotidiana: formal, lenta, sin emociones ni altibajos, pero siempre se mantuvo en lo oscuro de las capas sociales en ligas religiosas y en organizaciones esotéricas el espíritu demoníaco de Lao-Tse.

Treinta rayos convergen hacia el centro de una rueda, pero es el vacío del centro el que hace útil a la rueda. Con arcilla se moldea un recipiente, pero es el espacio que no contiene arcilla el que usamos como recipiente. Abrimos puertas y ventanas en una casa, pero es por sus espacios vacíos que podemos utilizarla. Así, de la existencia provienen las cosas y de la no existencia su utilidad.
Tao Te King



Del escrito “Historia del siglo XX”, de 1963


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